¿Eres perfeccionista? ¿Crees que lo tienes que hacer todo bien? Si tienes esa creencia muy arraigada, puedes experimentar más tensión y angustia en tu vida diaria, tener la sensación que nunca llegas de forma suficiente, disfrutar poco cuando consigues algo porque das por supuesto que lo tenías que conseguir y porque ya estás pensando en lo siguiente que quieres / tienes que hacer.
La adicción al trabajo, la procrastinación, el pesimismo, la sensación de fracaso, la culpa, la rigidez, la obsesión, la pérdida de confianza, e incluso la depresión, son posibles consecuencias del perfeccionismo.
Las dos caras de la moneda
En positivo
Visto en positivo, se podría considerar que el perfeccionismo es una forma de excelencia, donde la persona pone todo su empeño para hacer lo que sea al máximo nivel. Los que tratan de hacer lo mejor y se esfuerzan por la excelencia, lo hacen desde la confianza en sí mismos, creyendo en su propia capacidad para hacer las cosas en el más alto de los niveles. Este comportamiento es saludable, porque viene de un lugar de querer crecer y desarrollarse. Y es este comportamiento que les ayuda a realizar al más alto nivel.
En negativo
Cuando el perfeccionismo se refiere a un comportamiento que te controla – no es algo que decides hacer para mejorar, sino que es algo que no puedes evitar – tiene un gran componente de debilidad.
Causas
No me voy a extender en las causas, pueden ser más de una, pero parece que mayoritariamente están relacionadas con las experiencias vividas cuando se está creciendo: crecer recibiendo continuas alabanzas (provoca presión extra para cubrir altas expectativas), recibir una gran exigencia e incluso humillación cuando no se llega a las expectativas marcadas, recibir comparaciones constantes con otras personas, haber vivido algún tipo de experiencia traumática que haya marcado la autoestima….
Mecanismos
Por una u otra causa quedan instaurados dos mecanismos que se alimentan mutuamente y disparan la necesidad de perfección:
Miedo: la primera razón por la cual la persona está en un ciclo de perfeccionismo tiene que ver con la baja autoestima y con su incapacidad de manejar el miedo: el miedo al fracaso, el miedo al rechazo, el miedo a cometer errores e incluso el miedo al éxito.
Es decir, la persona no se siente suficientemente buena, y toma la forma de perfeccionismo como medio de evitar algo que teme (fallar ante los demás, ser criticado, no ser aceptado o querido), y como resultado suele haber dudas, no se avanza con agilidad o se evita pasar a la acción.
Se manifiesta en un pensamiento inflexible, la autocrítica, la ansiedad, y la culpa. Esto perjudica el crecimiento personal, la productividad y el rendimiento. El perfeccionismo es uno de los obstáculos para que muchas personas lleven a cabo sus magníficas ideas.
Pensamientos inútiles: La segunda razón por la que podría seguir para disfrutar de perfeccionismo se reduce a un conjunto de pensamientos inútiles que te llevan por mal camino y se podrían resumir en algo así como “tengo que hacerlo todo bien, y recibir reconocimiento por ello”.
- Estos pensamientos actúan como un filtro que altera la forma de ver la vida. Son un obstáculo para ver los hechos y circunstancias de su vida de forma objetiva, y surgen suposiciones inexactas acerca de cómo son las cosas y sobre cómo podrían llegar a ser si sigues un tipo específico de acción. Pueden ser pensamientos como:
“No puedo seguir adelante a menos que sea capaz de encontrar los gráficos adecuados para esta presentación.” “Tengo que llevar a cabo una investigación a fondo para el tema de esta presentación con el fin de impresionar a mi jefe.” “Debería dedicar más tiempo a prepararme para evitar cometer errores.”
- Todos estos pensamientos son como reglas u órdenes para uno mismo que le mantienen dentro de un ciclo perfeccionista. Es un «ciclo», porque incluso si, por ejemplo, llegas a encontrar los gráficos adecuados para esta presentación, seguirá habiendo sin embargo, otra razón (o excusa) que te mantendrá atrapado.
- Estas reglas inflexibles y poco razonables llevan inevitablemente a frustraciones, por el simple hecho de que he creado en mi mente un conjunto de irrazonablemente altas expectativas, que en (muchas) ocasiones no se cumplirán.
- Además, es imposible que una cosa parezca perfecto a todo el mundo, todo el tiempo. El que algo parezca perfecto es muchas veces subjetivo, depende de la persona que lo evalúa. Y lo que hoy parece perfecto mañana, con nuevas experiencias y aprendizajes, puede no serlo. La perfección es (quizás) imposible.
- La busca de algo que no existe nos llevará al desengaño, a la frustración por no conseguirlo, la autoestima puede quedar más afectada e incluso puede aparecer depresión.
Cómo superar el perfeccionismo
Mi recomendación cuando la persona es consciente que el perfeccionismo le hace sufrir demasiado y no le deja disfrutar de la vida, es un enfoque triple:
- Revisar la historia personal y hacer conscientes las causas que han podido provocarlo.
- Manejar los pensamientos no funcionales a través de una modificación de los mismos.
- Reforzar la esencia de la persona, desde lo que verdaderamente es, sus talentos y fortalezas, no desde un “yo ideal”, sino desde el “yo real”.
Te dejo también algunas citas sobre el perfeccionismo, por si alguna te inspira:
«Cuando apuntas a la perfección, te das cuenta de que es un blanco móvil.» George Fisher.
«Un niño se vuelve adulto cuando se da cuenta de que tiene derecho no solo a estar en lo cierto, sino también a equivocarse.» Thomas Szasz
«Lo que es verdaderamente duro, y verdaderamente maravilloso, es renunciar a ser perfecto y empezar el trabajo de convertirte en ti mismo.» Anna Quindlen.